marzo 06, 2012

siempremás.

El padre observa el paisaje y al ver muchos niños con un número dos, decide comprarle a su hijo, con todo su esfuerzo, un número cuatro. Conforme, sale con su número. 
Llega con los demás y presume su número. Todo va bien, hasta que ve a otro con un número seis. Envidioso, rompe el cuatro y con llantos y pataletas, exige un número 8.