febrero 21, 2012

ciudadesquiciada

Me gusta verte caminar, te he visto varias veces, pero con suerte sé que existes. No sé como te llamas, no sé tu edad, ni siquiera sé si te gusta el café...
Siempre estás igual, siempre pasas con un cigarro en la mano y ese viejo bolsón. Me gustaría hablarte, quizás salir a recorrer Santiago, fumarnos algunos cigarros y reírnos de alguna estupidez. Sería lindo caminar de la mano por esta desquiciada ciudad, caminar juntos, como los enamorados. Así tímidamente preguntarte:


- ¿Te gusta el café?